sábado, 26 de noviembre de 2011

La PGA del Jimena: números que cantan y numeritos que trinan

El pasado martes 22 la PGA no fue aprobada, como dirían los medios, por abrumadora mayoría. En el Claustro, 48 profesores votaron en contra de la aprobación, 21 votaron a favor y 2 votaron en blanco. En el Consejo Escolar, 10 de sus miembros votaron en contra y 3 a favor.

Dejando a un lado las bochornosas explicaciones acerca de los horarios que se tuvieron que oír en el Claustro, dejando a un lado, también, las ominosas alusiones a la posibilidad de que instancias superiores (Inspección, DAT) intervengan ante el rechazo o desaprobación, parece que la piedra de toque que, como principal argumento para convencer a la comunidad educativa, ha estado esgrimiendo el señor Director fueron las actividades extraescolares y complementarias, como si estas fueran lo más valioso o lo más importante en el desenvolvimiento o en el trabajo de un instituto.

Posiciones personales aparte, hay que decir bien alto que el profesorado del Jimena no se ha negado a hacer actividades extraescolares y complementarias, pues le parece que son necesarias, incluso en las circunstancias actuales, de lo cual es suficiente muestra el hecho de que ya ha realizado algunas y, lo que es más importante, tenía previsto hacer más. Quien diga lo contrario miente. Y quien se atreva a insinuarlo para eximirse de responsabilidad y culpar al profesorado actúa, si no con malicia, sí con inconsciente e injusta frivolidad.

Hagamos un poco de memoria y pongamos las cartas boca arriba. En la CCP del 16 de noviembre, algún jefe de departamento propuso solventar las trabas legales que pudieran derivarse del rechazo de la PGA con la celebración de un Consejo Escolar extraordinario para aprobar las extraescolares, puesto que este órgano está facultado para ello. El señor Director desestimó la propuesta. La opción de un Consejo extraordinario volvió a proponerse en el que se celebró el martes 22; pero el señor Director, amparándose en legalismos, declaró suspendidas las actividades mencionadas en tanto elevaba consulta. Esto no tendría mayor relevancia si se olvida que los profesores llevamos trabajando casi tres meses sin que la PGA estuviera aprobada, cumpliendo los horarios que varios hemos reclamado o recurrido y realizando, como hemos dicho, algunas actividades extraescolares y complementarias; pero, sobre todo, si se olvida que algunas actividades muy interesantes, cuya preparación ha exigido muchas horas de trabajo, se han quedado perdidas en el camino de este embrollo.

Ayer nos encontramos con dos sorpresas o, si se prefiere, con dos capítulos más de esta novela de despropósitos. La primera fue el anuncio de una convocatoria para celebrar Consejo Escolar el próximo lunes con la finalidad de estudiar la forma de aprobar la realización de actividades extraescolares y complementarias en el Jimena. Se ve que la consulta surtió efecto. Aunque hay que aplaudir la decisión, no resulta menos cierto que no era necesario acudir a la inspiración o al mandato de los cielos para hacer algo que, aparte de razonable, está establecido en reglamentos o disposiciones. La segunda, no menos curiosa, fue la reunión que el Equipo Directivo mantuvo con los delegados de los diferentes cursos para dar a los chicos su versión de los acontecimientos, reunión a la que, por cierto, no se invitó a representantes del profesorado.

Ya nos hubiera gustado a muchos profesores que se hubiese celebrado una reunión parecida para hablar de las Instrucciones de la Viceconsejería y sus efectos. Ya nos hubiera gustado a muchos profesores que el señor Director hubiera convocado también a los padres para tratar el mismo asunto. Pero hay números que cantan y numeritos que trinan o chirrían. Pregúntese, si no, a Poncio Pilatos.

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